Según el portal Respekt. El SAO: “El gobierno amenazó la salud de los ciudadanos”. Cuando El SAO crítico al gobierno por las compras de equipos a China. El primer ministro Andrej Babiš ironizó el informe de la Oficina Suprema de Auditoría diciendo “descubrieron América”.
El SAO es una institución influyente y respetada en todos los países democráticos. Los hallazgos de la Oficina tienen la reputación de ser de alta credibilidad; sus conclusiones no son cuestionadas ni ridiculizadas. Se pueden debatir, pero el primer ministro debe tomarlas en serio como parte del estado de derecho.
La SAO confirmó y concretó
El lunes, El SAO confirmó y concretó lo que se ha escrito en los medios durante casi un año. Las compras gubernamentales de suministros médicos, respiradores, mascarillas y desinfectantes fueron caóticas, confusas el año pasado, y algunas de ellas fueron evidentemente corruptas. El sobreprecio de algunos artículos era múltiple, la selección de fabricantes e intermediarios era confusa y sospechosa. La SAO ha publicado números específicos que nadie puede cuestionar. Aclaró y concretó las sospechas de las que habla el público.
Es muy probable que a alguien se le ocurriera una gran cantidad de dinero en un momento en que el estado y sus ciudadanos estaban muy necesitados, gracias al menos a transacciones injustas, pero quizás ilegales. La SAO ha demostrado más allá de toda duda cómo funcionaba, y a partir de su hallazgo es posible reconstruir un sistema en el que ocho mil quinientos millones de coronas se gastaron en gran medida confusamente la primavera pasada.
Babiš tiene reponsabilidad política
Es obvio que el Primer Ministro Babiš y los jefes de los ministerios que adjudicaron los contratos tienen responsabilidad política. Es decir, el ministro del Interior, Jan Hamáček, y el ministro de Salud, Adam Vojtěch. La mayoría de los pedidos se realizaron en China. Y en ellos participaron más de un centenar de proveedores, catorce de ellos de forma muy significativa.
Sin duda, China era el principal proveedor de ayudas en todo el mundo hace un año; el problema es que casi la mitad de los productos no cumplían con las normas sanitarias. En otras palabras, el estado compró por mucho dinero a través de transacciones confusas, en su mayoría derivaciones, lo que puso en peligro la salud de los ciudadanos checos.
Como señaló la SAO en su hallazgo, en algunos casos los precios fueron tan exagerados que pasó la documentación a los detectives de NCOZ, quienes, por cierto, han estado inspeccionando algunas otras negociaciones estatales durante meses. Es difícil decir si alguien será acusado, la policía tiene que demostrar la intención de engañar a las autoridades contratantes o proveedores, lo que puede ser difícil dado el caos con el que trabajó el gobierno.
Otra crítica que tuvo El SAO.
La organización señaló que el plan contra la pandemia no se había actualizado desde 2011. Así, el gobierno de Andrej Babiš con los socialdemócratas tuvo que enfrentar una crisis epidemiológica sin un plan de apoyo, pero que era responsabilidad del gobierno. Estas son duras palabras de la SAO. El gobierno de Andrej Babiš no solo no logró hacer un buen frente a la pandemia (ciertamente en términos de compras de material), sino que tampoco jugó un papel importante en el hecho de que el estado estaba peor preparado para ella de lo que esperaba.
Sería bueno contactar a los proveedores individuales de respiradores: para saber si eran empresas fiables o no. Pero esta inquietud ya no será trabajo de la SAO, eso le toca a la policía y también a los servicios secretos. Habrá que explicar las compras de productos de China, que en los últimos años ciertamente ha demostrado que no es precisamente un país amigo de la República Checa. La Oficina Superior de Auditoría ha hecho su trabajo, pero, por supuesto, eso no termina ahí. Y sus hallazgos ya no pueden ser borrados por las palabras irónicas del Primer Ministro.
Eso es realmente una buena noticia después de todo. El hallazgo de la SAO es abrumador, pero es bueno que esté ahí: Los inspectores entregarán los hallazgos a la policía y que los ciudadanos tienen derecho a exigir una explicación del gobierno, incluso responsabilizarlo. Desde hace varios años, la SAO ha sido una de las instituciones verdaderamente independientes, y aunque su trabajo está mayormente oculto y es poco publicitado, obliga a los gobiernos y a las autoridades estatales a actuar de manera más justa en beneficio de los ciudadanos.
