Desde el principio, la construcción del metro de Praga respondio a la ideológia comunistas y a fines políticos. Por lo tanto, incluso las empresas estatales que lo construyeron no pudieron quejarse de la falta de dinero. Sin embargo, el ritmo de la construcción comenzó a desacelerarse en la década de 1980 en relación con el bajo rendimiento de la economía checoslovaca.
El primer tramo de la línea B salia desde la actual estación Florenc hasta Smíchovské nádraží. Para hacer está linea se excavó durante ocho años. Pero el dinero para hacer la trasa B empezo a faltar. Por lo que la decisión del Central del Partido Comunista se detuvieron los planes para construir un metro en Bratislava. Así, en Bratislava no tendría un metro, sino un ferrocarril de alta velocidad. Cabe destacar que el término “metro” en los países entonces socialistas estaba reservado sólo para las aglomeraciones urbanas con al menos un millón de habitantes.
El plan de desarrollo de la metrópoli eslovaca de 1976 preveía que se construiría una urbanización parade unas doscientos mil habitantes en Bratislava. Pero a la final solo se creó Petržalka. Aun así, la construcción de la autopista se comenzó en 1985, pero no se completo por falta de dinero para terminarla. Pero la ideológia del estado comunista se vio derrotada por la falta de fondos económicos
La ideología tuvo que desaparecer
Después de noviembre de 1989 casi se detuvo la construcción del metro porque había perdido su significado político. El financiamiento pasó a manos de la tesorería de la capital. En febrero de 1990, el Ayuntamiento de Praga procedió a la despolitización de las estaciones de metro existentes (incluso planificadas). Este proceso incluyó el cambio de los nombres de algunas estaciones por tener nombres que representaban la ideologia comunsta. También fue necesario ajustar los vestíbulos, que eran pasos bastante lógicos. El regimen socialista se desmoronaba y la gente lo quería olvidar así que toda la ideologia dentro del metro debía desaparecer.
El proceso de eliminar los recuerdo la ideológia socialista fue lento pero exitoso. Por ejemplo, en la estación Staroměstská hasta no hace mucho había un mosaico de un miliciano ccomunista. Otras estaciones tenían nombres que resaltaban la amistad con la Union Sovietica. Como lo era la parada de Moskevská (Hoy Anděl) en la línea B, que se creó recíprocamente con la estación Pražská. en el metro de Moscú. Algunas paradas tenían nombres menos “llamativos” como Budovatelů (hoy Chodov) Mládežnická (Pankrác), Kosmonautů (Háje) o Družby (Opatov)o la estación del alcalde Vacek. Una Parada que lleva el nombre del primer alcalde comunista de la posguerra de Praga Roztyly, que pocas personas saben de donde salió ese nombre. Por eso ha sobrevivido.
El metro hormigon
La planificación de la construcción del nuevo metro también tenía como objetivo evitar el desperdicio de dinero. Originalmente el túnel del metro estaba revestido con tubos de hierro fundido o de hormigón, que eran segmentos que encajaban entre sí y formaban el perfil del túnel. Pero en el 89, los lechadores intentaron conseguir hormigón, es decir, mucho hormigón, porque el diámetro del túnel excavado era mucho mayor de lo necesario debido al “método de excavación rápida”.
Las aguas subterráneas
El hormigon era solo un problema. El segundo fue el de las aguas subterráneas. En algunos lugares se reventaron las exacavaciones y por supuesto, lavó el hormigón de la lechada. En otros lugares era posible domesticarlo -especialmente entre estaciones- se hacían canales con tubos, en las estaciones luego se ponían techos laminados bajo diversas cubiertas y revestimientos decorativos. Sin embargo, los habitantes de Praga saben que muchos de sus desperdicios caseros y trapos sucios son parte del metro, ya que algunos desperdicios sirvieron para rellenar las paredes.
Bajo la ideológia de la guerra se construyo el metro
La tarea fundamental del metro, que se construyó durante el socialismo, era servir al pueblo de Praga como refugio en caso de guerra, además de transporte. Según los cálculos, se suponía que cabían aquí más de trescientas mil personas. Si a veces el tren subterráneo se ralentiza entre las estaciones excavadas, es posible que lo note principalmente en el costado entre los túneles de algunas entradas. Detrás de ellos, hay instalaciones sanitarias, centros médicos y habitaciones donde se guardarían aquellos para quienes cualquier cubierta sería inútil. Todo esto era para darle servicios a la población durante tres días. Algunas estaciones de metro también podrían modificarse con fines de “cobertura”.
Cuando se abandono la ideológia guerrerista el metro se ahoro 100 millones de euros
Quizás sea un secreto público decir que en el subterráneo de la estación Dejvická hay una cubierta de varios pisos, que debe servir al Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Checas, y una estructura subterránea similar se encuentra en la estación Želivského. Tareas del llamado sistema de protección del metro, que tiene su puesto de control en la estación de metro I.P. Pavlova,.Pero desde el 89 fueron reevaluado los proyectos del metro por el ayuntamiento de la capital a y ahora sus usos para la defensa de la población se centran más en posibles ataques terroristas, delitos o posibles desastres naturales.
Se abandonó la construcción de instalaciones en caso de guerra (lo que supuso un ahorro de cien millones de euros), pero las inversiones se centraron en la velocidad y operatividad de los sistemas que debían responder a posibles amenazas. s.
